01 julio, 2013

Llegas, julio.

Llegas, julio,
sin saber cuándo me dejaste
ni si de veras te has ido.
Llegas,
- sin ser bienvenido-
con ese aire de superioridad
y las estrellas que no miro
por miedo a encontrarle
-o a no-.
Julio llega
y te trae vestido
de recuerdos, queriéndote yo
desnudo y conmigo.
El pasado se me restriega.
Te siento -a cada rato- distante.
He crecido.
¿Me ves? No, no lo ves.
Y la luna menguante
-como yo-
ha querido
que esta noche me acuerde de ti.
Julio, has tardado en volver
y no te has despedido.
Se ha escondido tras su espalda
el solsticio.
Han pasado cuatro estaciones
y otras tantas en su coche.
¿Y ahora? ¿Me voy por donde
he venido?
Vete tú, maldito
siete,
que esta ventana es mía,
que aquí me he curtido.
Y llévate esas estrellas
que me miran con recelo
porque ya no escribo
con ellas
su nombre
-ni el mío-.

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