Todas las noches me asomo a la ventana. Saco la cabeza y me fumo un cigarro. Esta noche es una noche perfecta. El viento me azota en la cara suavemente, juega entre mi pelo, para perderse en mis oídos y me susurra, y después se marcha a algún otro lugar alejado de mí. Cierro los ojos, e imagino un manto oscuro con pequeñas lucecitas que brillan a años luz de mi ventana. Puedo distinguir perfectamente las constelaciones que conozco. Y las que no conozco, las invento. Pienso. Pienso en todo, y a la vez no pienso en nada. Me relajo. Juego con la Luna, y ella me sonríe. La sonrisa más bella nunca vista, inimaginable, inefable. Sonrío, mientras corrientes de aire jamás conocidas guían mis pensamientos a un lejano lugar donde me pierdo entre luces y sombras. Juego con ellas. Las intento tocar, pero siempre se escapan. Sueño. Vuelo sobre mundos desconocidos, con una belleza que me resulta fascinante. Imagino. Me dejo llevar por el viento en su camino hacia ningún lugar concreto, sin dirección determinada, pero sin dejar huellas en el suelo. Veo paisajes desde arriba, de paradero desconocido.
Pero cuando me quiero dar cuenta, el cigarro se ha acabado, y toca volver a la realidad. Solo por unos minutos, puesto que pronto estaré tendida en mi cama, entre sábanas, soñando de nuevo. Me despido del viento, y me parece oir que me da las buenas noches. Me despido de las luces, de los lugares y mundos desconcidos, y de las criaturas que los habitan.
Así es como paso las noches, entre nubes y claros, mecidas por la brisa, y descubriendo parajes jamás vistos antes.
Sé que esta noche dormiré bien, me lo ha dicho el viento.
Pero cuando me quiero dar cuenta, el cigarro se ha acabado, y toca volver a la realidad. Solo por unos minutos, puesto que pronto estaré tendida en mi cama, entre sábanas, soñando de nuevo. Me despido del viento, y me parece oir que me da las buenas noches. Me despido de las luces, de los lugares y mundos desconcidos, y de las criaturas que los habitan.
Así es como paso las noches, entre nubes y claros, mecidas por la brisa, y descubriendo parajes jamás vistos antes.
Sé que esta noche dormiré bien, me lo ha dicho el viento.
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