14 enero, 2012

Promesas.

Dijimos que lo nuestro sería para siempre, y llegó a los tres meses a duras penas. La verdad es que no puedo reprocharle nada. También yo sabía que se terminaría. Aunque no creí que tan pronto. Pero tarde o temprano pasaría.
Ahora, haciendo planes con mis amigas, recuerdo los planes que tenía con él, muchas sorpresas de las que él no tuvo constancia. Ni la tendrá, ya. Me gustaría que me hubiera dado tiempo a hacerle más feliz. Pero no pudo ser. La verdad, es él quien se lo pierde.
He pasado mucho tiempo "alejada" de mis amigas. Entrecomillo alejada, porque no me he separado de ellas, pero simplemente no invertía tanto tiempo en ellas como antes, no he estado tan cercana. Cosa que me hubiera gustado que no fuera así, aunque también eso era inevitable, debido a nuestras condiciones.
Ahora es tiempo de estar con ellas, con la gente que me apoya y que, a pesar de todo, está ahí. Porque son lo más importante en mi vida. Porque las quiero. Porque esa amistad sí durará para siempre.
Tenía planes con él que no se cumplirán. Da igual. Los reservo, para realizarlo con mis amigas. Quizás no sean igual que como serían con él. Pero estoy segura de que también será perfecto.
También me vendría bien gastar más tiempo en estar conmigo, a solas. Para aprender a conocerme mejor. Para poder pensar por mí misma. Para encontrar mi camino, porque ahora estoy algo perdida. Le echo de menos, pero ellas, y yo,  amortiguamos esa caída y hacemos que mi vida sea más sencilla, más alegre, más loca, más chistosa, más amada. Más vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario