11 septiembre, 2012

Errar no es de necios, es de Gemma.

Hoy noche de luna nueva. La oscuridad alumbra el cielo. Si no conociera el ciclo de la luna hasta juraría que se lo he transmitido yo. Noche oscura también para mí. El verano está acabando, las vacaciones, y con él se va lo mejor que he podido disfrutar en estos últimos meses. Algunas cosas porque tienen que irse, y otras, por mis cagadas. La cortina de humo que suelta mi boca enturbia aún más el cielo. Creía que haría lo contrario conmigo, que me dejaría, al menos, en una penumbra soportable, como tantas otras noches. Pero nada. Ni las estrellas ni el tabaco son capaces de arrancarme una pequeña brisa de aire tranquilizador hoy. Lo pierdo. Me pierdo. No quiero perder. Mi vida se basa en eso, perder. Pierdo cada vez que una de las torres más bellas creadas en mi interior se derrumba. Y los cimientos de mi razón se derrumban con ellas. Y un poquito de mí se rompe en pedazos.
La he jodido. Pero bien jodida. Tanto he recibido, y tan poco he dado. Tanto me han enseñado, y tan poco he aprendido. Tan poco demuestro lo muchísimo que me importan esas columnas. Septiembre, te odio. Te llevas lo mejor de mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario