30 diciembre, 2011

Un día 30, tres meses atrás...


A esta hora exacta estaba yo de camino a Valladolid, más ilusionada y alegre que nerviosa. Y eso que los nervios aumentaban a cada minuto. Cuando bajé del autobús a las 16:22, no estaba, así que me senté en un banco a matar el tiempo, jugando a angry birds. Jugaba por jugar, puesto que estaba más pendiente de ver quién entraba por la puerta. Cuando le vi aparecer, solo se me ocurrió fingir que seguía jugando, esperando a que se acercara para ver como reaccionaba. Eso sí, ya tenía esa imborrable sonrisa en la cara. 
Nos fuimos al Campo Grande, y estuvimos dando un paseo, contando historias raras, bromeando... Felices. No sabéis la de tonterías que pude decir, por los nervios, pero él en vez de reírse de mí, me seguía el juego. Me preguntó que si quería ir a tomar algo, y le dije que sí. Así que me llevó al Café Teatro, y nos sentamos en una esquina donde las paredes estaban llenas de escritos con nombres de enamorados, nombres de peñas, buenos ratos... Entre historia e historia que me contaba, escribí nuestros nombres. Como no tenía boli, tuve que hacerlo con el lápiz de ojos. Estoy segura de que aún pueden leerse. Y allí pasamos un par de horas, riendo, hablando, leyendo las paredes... Imaginando... Sonriendo... Y fuimos a dar una vuelta por la orilla del Pisuerga. Yo nunca había estado por allí, y creo que él tampoco. Cuando anochecía, nos sentamos en un banco. Y allí, después de hablar un poco más y reir más aún, cuatro horas y trece minutos después de mi llegada, me besó. En ese momento sentí que era la chica más afortunada del mundo. La más feliz. Y lo que nos esperaba después, sería aún mejor...


Alberto, han pasado solo 3 meses desde aquello. En este corto tiempo hemos vivido muchos momentos felices, más de los que jamás hubiera podido imaginar. Eso nos ha hecho fuertes, y creo que podremos superar este bache, aunque nos cueste...
En estos tres meses me has hecho sentir lo que nadie en toda mi vida. Con nadie he estado tan feliz e ilusionada como contigo. Te amo, Alberto. Pase lo que pase...

No hay comentarios:

Publicar un comentario